LOGOS
Y RHEMA
INTRODUCCIÓN:
Hace algunos años, después de un culto en el cual predico un pastor
invitado, una señora se le acerco preguntando: ¿Tiene usted pastor una
palabra para mí? Él quedó desconcertado, sin saber exactamente lo que ella
quería decir, y respondió
simplemente: “NO.” Él no era consiente que
por entonces de que había
comenzado a circular una enseñanza que hacia una distinción entre los sinónimos
griegos logos y rhema, cada uno de los cuales se traduce por lo general como “palabra”.
La distinción hecha por algunos es que logos es de
alcance universal, mientras que rhema es
particular. Logos es “objetivo”; rhema es
“subjetiva”. El logo es eterno; la rhema es contemporáneo. Una pretensión importante es que una rhema a
menudo es una palabra del Señor dada para una ocasión particular o como dijo un
escritor: “una palabra particular para usted”, mientras que en general se
identifica logos con las Escrituras. En otras
palabras, se ha entender rhema como una palabra hablada y logos como la palabra
escrito. Al parecer la hermana buscaba una palabra “rhema”.
Este estudio analiza la pregunta de si el
Nuevo Testamento hace una
distinción entre el significado de estas dos palabras. Hay que considerar dos
factores fundamentales.
1. Un sinónimo por
definición es una de dos o más palabras o expresiones del mismo idioma que
tienen el mismo o casi el mismo significado en algunas o todos los sentidos.
2. Lo más importante,
el uso determina el significado de una palabra.
Por lo tanto, la pregunta importante es si
los escritores del Nuevo Testamento empleaban las dos palabras con significados
diferentes, o si las empleaban de modo intercambiable. El mejor procedimiento
es ver pasajes específicos.
I. LA COMPARACION DE LOS PASAJES.
Se emplean ambas palabras en pasajes que se
refieren a palabras dichas por Jesús en una ocasión específica. Jesús le dijo a
Pedro que fuera al agua profunda y echara las redes. Después de reconvenir a
Jesús, Pedro dijo: “más en tu palabra (rhema) echare la red” (Lucas
5:5). Jesús dijo al funcionario real que le vino para pedir la sanidad de su
hijo: “Ve, tu hijo vive.” El texto dice: ”Y el hombre creyó la palabra (logos)
que Jesús le dijo” (Juan 4:50). Con toda seguridad no hay ninguna distinción de
significado entre las dos palabras en esos pasajes.
Se usan las palabras de modo intercambiable
en pasajes que hablan del efecto purificador de la palabra. Jesús dijo: “Ya vosotros estáis limpios por la palabra (logos)
que os he hablado” (Juan 15:3). Hablando del mismo tema, Pablo dijo que Cristo
santifico la iglesia, “Habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la
palabra (rhema)” (Efesios 5:26).
Pedro empleo ambas palabras en el mismo
contexto, sin pretender hacer ninguna distinción de significado. Dice en primer
lugar: “siendo renacido, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por
la palabra (logos) de Dios que vive y permanece para siempre” (1 Pedro 1:23).
En el versículo 25 dice: “La palabra (rhema) del Señor permanece para siempre.”
El hecho de que la rhema del Señor “permanece para siempre” la excluye de la
esfera de lo que es de naturaleza contemporánea o local.
Para dar otra ilustración, veremos los
primeros versículos del libro de Jeremías, que traduzco de la Septuaginta. El versículo 1 dice: “La palabra (rhema) de
Dios que le vino a Jeremías.” El versículo 2 dice: “La palabra (logos) de Dios
que le vino.” No hay modo en que una persona imparcial pueda decir que se
pretende hacer una distinción entre el significado de estas dos palabras.
II. LA IGNORANCIA DE PABLO DE UNA DIFERENCIA.
Es obvio que Pablo no reconocía la
diferencia de significado que enseñan algunos. Un pasaje muy eficaz es 1
Corintios 12:8, en que el apóstol comienza a enumerar dones espirituales. Al
principio de la lista hay dones de una “palabra (logos) de sabiduría” y
una “palabra (logos) de ciencia”. Si es correcta la distinción enseñada
por algunos, sin duda Pablo habría empleado rhema en
vez de logos debido a la naturaleza de
estos dones, que son “para el momento”; no se pretende que sean de alcance o
aplicación generales o universales.
III. SOLO UNA DIFERENCIA DE RAICES, NO DE SIGNIFICADO.
Las formas verbales cognadas de las dos
palabras también ayudan a ver que no se pretende establecer ninguna verdadera
distinción. La palabra corriente para “decir, hablar” en el tiempo presente es lego; el sustantivo equivalente es logos. Pero
la palabra lego es lo que en la gramática
española llamamos un verbo irregular; la raíz del tiempo presente no se
encuentra en otras partes principales del verbo (como, en español, “ir” y su
forma pretérita “fui, fue, etc.”). otras partes principales del verbo griego lego (por
ejemplo: ero,
eireka) vienen
de otra raíz, ¡pero no hay ninguna diferencia de significado! La palabra rhema emplea
esta otra raíz. El punto es que dos sustantivos sinónimos del griego emplean
raíces diferentes. Esto es similar a sinónimos españoles tales como “obtener” y
“adquirir” que obviamente no vienen de la misma raíz pero que no difieren en
significado.
IV. CONCLUSIONES.
Las palabras logos y rhema son sinónimos de significado muy parecido, si no idéntico. Se emplean
de manera intercambiable en las Escrituras, a veces cuando los escritores
bíblicos están hablando de la misma cosa. Tal como sucede en la literatura
buena, un escritor puede alternar entre sinónimos por razones estilísticas,
simplemente para impartir variedad literaria. Lo que pudiera parecer una
distinción legitima y docta entre los dos sinónimos simplemente no resiste al
examen del uso de los términos en la Biblia.
A veces el Señor, a fin de satisfacer una
necesidad específica, si comunica un mensaje a su pueblo por muchos medios.
Pero es arriesgado poner énfasis en lo que algunos llaman una palabra “rhema”.
Además del uso inoportuno del termino rhema, hay
el constante peligro de que se estime la palabra supuestamente hablada o
contemporánea más que se estimen las Escrituras.
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