PRINCIPIOS DE UN TRABAJO EN
EQUIPO
Deuteronomio 1:9-18
En aquel
tiempo yo os hablé diciendo: Yo solo no puedo llevaros. Jehová vuestro
Dios os ha multiplicado, y he aquí hoy vosotros sois como las estrellas del
cielo en multitud. ¡Jehová Dios de vuestros padres os haga mil veces más
de lo que ahora sois, y os bendiga, como os ha prometido! ¿Cómo llevaré yo solo
vuestras molestias, vuestras cargas y vuestros pleitos? Dadme de entre
vosotros, de vuestras tribus, varones sabios y entendidos y expertos, para que
yo los ponga por vuestros jefes. Y me respondisteis y dijisteis: Bueno es hacer
lo que has dicho. Y tomé a los principales de vuestras tribus, varones
sabios y expertos, y los puse por jefes sobre vosotros, jefes de millares, de
centenas, de cincuenta y de diez, y gobernadores de vuestras tribus. Y entonces
mandé a vuestros jueces, diciendo: Oíd entre vuestros hermanos, y juzgad
justamente entre el hombre y su hermano, y el extranjero. No hagáis distinción
de persona en el juicio; así al pequeño como al grande oiréis; no tendréis
temor de ninguno, porque el juicio es de Dios; y la causa que os fuere difícil,
la traeréis a mí, y yo la oiré. Os mandé, pues, en aquel tiempo, todo lo que
habíais de hacer.
1.
UN EQUIPO DE TRABAJO COMPARTIDO. V. 9-12
“En
aquel tiempo yo os hablé diciendo: Yo solo no puedo llevaros”
Un equipo de
trabajo compartido sabe repartir las funciones a cada integrante del equipo
para que el peso del trabajo no sea de uno solo. Compartir y delegar son las
palabras claves para avanzar en el reino de Dios. Deberíamos beneficiarnos del
consejo de Woodrow Wilson, quien dijo: “No
solo deberíamos usar todos los cerebros que tenemos, sino que deberíamos pedir
prestado todos los que podamos”. Hechos 6:3: Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete
varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes
encarguemos de este trabajo.
2.
UN EQUIPO DE TRABAJO IDONEO. V. 13-14
“Dadme de
entre vosotros, de vuestras tribus, varones sabios y entendidos y expertos,
para que yo los ponga por vuestros jefes. Y me respondisteis y dijisteis: Bueno
es hacer lo que has dicho”
Un equipo de
trabajo idóneo sabe colocar a cada integrante de acuerdo a sus talentos y
habilidades. Hay que primero descubrir el talento o dones que posee los
hermanos para luego colocarlos en las posiciones correctas ya que al no hacer
esto, estaremos provocando un desajuste en la orden del equipo. 1 Crónicas 25:1: Asimismo David y los jefes del ejército apartaron para
el ministerio a los hijos de Asaf, de Hemán y de Jedutún, para que profetizasen
con arpas, salterios y címbalos; y el número de ellos, hombres idóneos para la
obra de su ministerio, fue:”
3.
UN EQUIPO DE TRABAJO ORGANIZADO. V. 15
“Y tomé a
los principales de vuestras tribus, varones sabios y expertos, y los puse por
jefes sobre vosotros, jefes de millares, de centenas, de cincuenta y de diez, y
gobernadores de vuestras tribu”
Un equipo de
trabajo sabe ordenar debidamente a cada integrante para que haga su función
correctamente. La cooperación entre los hermano es esencial
para la existencia de un equipo de traba organizado. Un equipo fuerte sólo
existe cuando hay hermanos capaces de comunicarse y que están dispuestas a
actuar conjuntamente para obtener un objetivo común. 1 Corintios 14:40: pero hágase todo decentemente y con orden.
4.
UN EQUIPO DE TRABAJO INSTRUIDO. V. 16
“Y
entonces mandé a vuestros jueces, diciendo: Oíd entre vuestros hermanos, y
juzgad justamente entre el hombre y su hermano, y el extranjero”
Un equipo de
trabajo sabe capacitarse y entrenarse para realizar sus funciones
correctamente, para saber cómo hacer las tareas más excelentemente. No solo es
formar un equipo, es también seguir manteniendo al equipo dando la información
de cómo se puede mejorar el ministerio. La necesidad de capacitación surge cuando hay diferencia entre lo que
una persona debería saber para desempeñar una tarea, y lo que sabe realmente. Estas diferencias suelen ser
descubiertas al hacer evaluaciones de a cada miembro del equipo. 1 Crónicas 25:7: Y el número de ellos, con sus hermanos, instruidos en el canto para Jehová, todos los aptos, fue
doscientos ochenta y ocho.
5.
UN EQUIPO DE TRABAJO JUSTO. V. 17
“No hagáis
distinción de persona en el juicio; así al pequeño como al grande oiréis; no
tendréis temor de ninguno, porque el juicio es de Dios; y la causa que os fuere
difícil, la traeréis a mí, y yo la oiré”
Un equipo de trabajo
justo sabe tratar a cada integrante del equipo como corresponde, porque actúa
conforme a los valores universales. El valor de la igualdad debe ser una de las
bases en que debe descansar el equipo,
ya todos somos iguales ante Dios. Quizás no realizamos las mismas cosas, pero
si nos necesitamos para llevar a cabo la misión. Un cuerpo unido jamás será
destruido. Aceptar las personas con sus
defectos y virtudes es la clave del éxito para el equipo. Romanos 2:11: porque no hay acepción de personas para con Dios.
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